Los diversos productos para limpieza han adquirido una importancia nunca antes vista debido a la pandemia que hemos vivido en los últimos años. Actualmente, no solo es importante contar con desinfectantes y con lo esencial para lavar nuestras manos adecuadamente para evitar enfermedades.
Además, es necesario conocer a la perfección los mejores productos y químicos para eliminar virus y bacterias. Por esta razón, es que en este artículo conoceremos las diferencias principales entre un jabón antiséptico y un jabón bactericida.
¿Qué es un jabón antiséptico y un bactericida?
Al hacer mención de un jabón antiséptico se hace referencia a un producto que combina las propiedades de los detergentes con una solución antiséptica, que son químicos con elementos que previenen o eliminan a virus y bacterias de diferentes superficies.
Este tipo de producto es uno de los activos más valiosos para eliminar cualquier rastro de virus y bacterias. Ahora, un jabón bactericida contiene ingredientes con propiedades antimicrobianas, que ayudan a controlar la contaminación que pueda existir en alguna superficie por la presencia de microorganismos. Estos artículos de limpieza permiten prevenir infecciones en la piel, malestares gastrointestinales, entre muchas otras afecciones en la salud de las personas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre estos jabones?
Aunque pueda parecer que los jabones tienen un uso similar, la realidad es que cada uno de ellos cuenta con propiedades y características que funcionarán mejor si conocemos los beneficios que pueden brindarnos.
Un jabón bactericida o antibacterial, permite eliminar el mal olor que provocan las bacterias. Junto con esto, trabaja como un agente antibacteriano, que evita la reproducción de bacterias y las reduce hasta conseguir que una superficie sea segura.
Cuando utilizamos un jabón con propiedades antisépticas permite una mayor y profunda desinfección en zonas más extensas y en todo tipo de superficies. Ya sea que queramos limpiar nuestro entorno o una parte de nuestro cuerpo, podemos encontrar la solución que buscamos en este tipo de artículos. Además, son ideales para controlar el contagio de Covid-19 gracias a sus propiedades y estructura química.
Actualmente, resulta muy sencillo tener a nuestro alcance un jabón antiséptico o bactericida, pues diversos laboratorios y productos de limpieza contienen este tipo de químicos en su fórmula.
Sin embargo, no deberíamos permitir el contacto constante de estos con nuestra piel. Es preciso que se usen de manera específica para reducir la contaminación de una superficie o la propagación de bacterias o virus. Por lo que estos productos son ideales para evitar el contagio por Covid-19.
Es importante mencionar que no hay que abusar del uso de este tipo de productos. Ya que los jabones antisépticos y los jabones bactericidas pueden afectar a bacterias que se catalogan como buenas para nuestro organismo y piel. Por lo que debemos controlar la manera en la que empleamos este tipo de productos. Una recomendación es siempre seguir las instrucciones que cada laboratorio nos facilita en la etiqueta.
Composición de los jabones antisépticos y los jabones bactericidas
Al hablar de los jabones desinfectantes y antibacteriales, su composición química suele estar compuesta por una gran combinación de alcoholes. Lo que le brinda a este tipo de productos un potente efecto bactericida de amplio espectro, esto ayuda a que los laboratorios garanticen su eficacia ante otros productos. Por ejemplo, este tipo de detergentes eliminarán mayor cantidad de microorganismos que los jabones convencionales.
Entonces los jabones bactericidas y antisépticos en general pueden ser utilizados en la piel de las personas, permitiendo que los gérmenes y bacterias sean eliminados eficientemente; sin embargo, no hay que utilizarlos por tiempo prolongado. Incluso, se pueden utilizar, en dosis más grandes, para limpiar y desinfectar las habitaciones de las personas aisladas por el contagio de algún virus multirresistente.
Estos jabones se han llegado a utilizar en laboratorios, unidades de aislamiento en hospitales y en centros sanitarios para garantizar una correcta desinfección de superficies y espacios. También se utilizan para lavado quirúrgico de manos, así como en el lavado de pacientes y personas antes de una cirugía, por lo que podemos imaginarnos su efectividad.
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