Hablar sobre un desengrasante es un tema importante, pues gran parte de los programas de mantenimiento de aparatos y máquinas en las zonas industriales requiere de la aplicación de este tipo de producto. Sin embargo, existen diversos mitos sobre este tipo de químico que es fundamental resolver para garantizar un mejor manejo y uso.
Importancia del desengrasante en los procesos de limpieza y mantenimiento
La suciedad industrial puede ocultar anomalías o zonas problemáticas que pueden dar lugar a costosos tiempos de inactividad y mayores gastos de mantenimiento. Por lo que contar con un buen desengrasante es un aspecto crucial y significativo del mantenimiento.
Los desengrasantes puede reducir los costos de otros problemas o mal funcionamientos, no solo ayudan al correcto mantenimiento de los aparatos. Diversas máquinas que realicen trabajos de intercambio de calor, con 0.25 mm de suciedad consumirán un 40% más de electricidad.
Sin embargo, a pesar de la abundancia de productos disponibles, los ingenieros de planta parecen desconocerlos. Para maximizar estos ahorros, hay que elegir el que ofrezca los resultados que estamos esperando.
Dado que los desengrasantes con base de disolvente han dominado mayoritariamente el mercado durante mucho tiempo, es comprensible que las empresas hayan perdido de vista la creación de sustitutos con base de agua. Mismos que contienen químicos penetrantes que aceleran el proceso de limpieza y utilizan tensioactivos para emulsionar la grasa acumulada.
Diferencias entre un disolvente y un desengrasante con base de agua
Una de las diferencias más importantes con los solventes, es que se pueden utilizarse con seguridad en una amplia gama de materiales, incluidos el caucho y el plástico. El hecho de tener un pH neutro, también implica que el desengrasante no dañará las superficies en las que se utilice.
Lo que reduce los riesgos potenciales durante su manipulación o almacenamiento y alivia algunas normas de manipulación, tránsito, almacenamiento y etiquetado.
Además, los desengrasantes fabricados con base de agua son increíblemente rentables. Se suministran en forma de concentraciones debido a su composición y pueden diluirse con éxito hasta 1:500.
En comparación con la búsqueda de un producto con base de disolvente, a menudo es más fácil encontrar un desengrasante fabricado con agua que se adapte a tus necesidades específicas y puede ser igual de potente. Además, este tipo de producto hace espuma para maximizar la duración del contacto con la superficie y detener el escurrimiento.
Trabajar con desengrasantes a base de agua es más seguro y respetuoso con el medio ambiente. Debido a las elevadas cantidades de COV (compuestos orgánicos volátiles) incluidos en los productos con disolventes, los vapores suponen un problema para la salud cuando se inhalan, y se corre el riesgo de incumplir la normativa de almacenamiento. Mientras que los de base acuosa no son inflamables, tienen un contenido muy bajo en COV y no ofrecen riesgos por inhalación.
¿Qué tan eficientes son los desengrasantes con base de agua?
Los elementos antes mencionados no implican que este tipo de desengrasantes sean menos eficaces. La industria alimentaria se beneficia enormemente del uso de este tipo de potentes limpiadores.
Ya que son seguros de utilizar en una planta que procesa alimentos para reducir el peligro de contaminación, sin sacrificar la efectividad de estos químicos para la limpieza de las máquinas y materiales necesarios para los distintos procesos de producción.
Los desengrasantes con disolvente siguen siendo útiles, por supuesto. En la industria electrónica, por ejemplo, no es aconsejable pulverizar con un compuesto mayoritariamente de agua, y es crucial que el líquido se evapore rápidamente.
Riesgos al usar este tipo de producto
Debido a estas circunstancias, los desengrasantes de base acuosa no sustituirán por completo a las alternativas con disolventes, pero proporcionarán opciones adicionales y ayudarán a los trabajadores a completar las tareas de forma segura, eficaz y con un impacto medioambiental mínimo.
Es importante mantener un control sobre el uso de los desengrasantes, pues la aplicación descuidada puede generar daños al medio ambiente, por no mencionar el espacio que se llega a desperdiciar al almacenarlos, los costos que podrían ser innecesarios si tenemos una buena práctica de limpieza y el riesgo continuo a la salud del usuario y el daño que se puede general al producto final.
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